Viendo el mundo con un poco de locura




Una noche con 71 estrellas

Categoría : Deportes Nov 29, 2016

chapecoense

Los lunes por la noche me ha estado tocando darle seguimiento a un proyecto del trabajo (relacionado con deportes); y este lunes no fue la excepción. Terminé lo que tenía que hacer del proyecto y como ya es casi habitual pasé unos minutos en mi red social favorita por excelencia: Twitter.

Todo eran buenos momentos hasta que en mi timeline apareció un nombre: Chapecoence. ¡El avión de Chapecoence se accidentó! Todavía no era tendencia, apenas era una noticia sin demasiados datos y sin números. Me enteré casi en vivo y sin demasiada idea de lo que realmente pasaba.

Cansado, me fui a dormir elevando una pequeña oración: «Señor, que no haya pérdidas humanas, que sólo sea un accidente y no pase a mayores».

Al despertar los números me partieron el corazón, 76 muertes era el número que se manejaba (la cifra oficial quedó en 71). Un equipo de ensueño, un equipo que venía desde la cuarta división rumbo al partido más importante de sus vidas, el que soñaron por años, ahora con una pérdida irreparable. El sueño de un pueblo se convirtió en dolor mundial.

«Íbamos por una estrella y volvimos con 76*, en el cielo» – periodista de Chapecó
* cifra de pérdidas humanas que se manejaba en un inicio

No sólo jugadores, cuerpo técnico, tripulantes e invitados fueron los que perecieron en el accidente; más que eso fueron seres humanos: padres, hijos y hermanos. No lo podía creer. Por lapsos del día esperaba que corrigieran los datos, que hubiera un error en el números de los fallecidos. Una noticia que me afectó en lo personal y me dejó reflexivo el resto del día…

Estaba «viviendo» una noticia tan trágica como la de los «Busby Babes» del Manchester United (1958) o como la de la Universidad de Marshal (1970), tragedia que sólo vi a través de una película.

Tal vez te preguntes, con total validez: «¿por qué te impactó y llegó tanto?». Argumentos tendrás para preguntártelo: «ni si quiera es un equipo de tu país», «nunca fuiste aficionado al Chapecoence», «ni si quiera veías sus partidos».

¿Por qué me llegó tanto? A ciencia cierta no lo se… Tal vez porque es la primera gran tragedia dentro del deporte que me toca vivir (y ojalá la última). Tal vez porque me tocó seguir en vivo el desenlace de la noticia.

Tal vez porque comparto el amor por el futbol. Tal vez porque he compartido vestuario con los mejores amigos que tengo y porque hemos llegado a ser no sólo amigos, sino una familia. Tal vez porque se lo que es perder un compañero de vestuario. Tal vez porque he visto como la muerte deja marcado a un equipo, a mi equipo. Tal vez porque me recordó a Jairo. Tal vez porque entiendo en carne propia lo que significa: “You’ll never walk alone”.

Tal vez porque me recuerda que no todo está perdido. Que el mundo entero se une cuando una catástrofe como la de la noche del 28 de noviembre sucede. Tal vez porque me recuerda que esto no se trata de futbol, esto se trata de la vida misma.

Tal vez… y sólo tal vez, porque me hace reflexionar sobre lo frágil que es nuestra vida. Porque la vida no es más que un simple suspiro. Tal vez porque me hace reflexionar sobre qué estoy haciendo de mi vida para que el día que me toque partir se me recuerde como un «héroe».

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