Hoy fuimos testigos de que las noches mágicas no están únicamente reservadas para la Champions League, así como tampoco son de casualidad.
Islandia nos demostró que los números y el talento no pueden más que un corazón de guerrero que late a 332,000 revoluciones por minuto.
Hoy los 13 guerreros vikingos que estuvieron en el campo jugaron con un amor propio indescriptible. Corrieron en todas las zonas de la cancha estando en superioridad numérica en casi cada pelota ¡durante 90 minutos!
Quien ha jugado futbol sabe que esto es únicamente posible si se tienen tres factores: un gran físico, un corazón de guerrero y 0% de egoísmo. Sólo con una mentalidad de equipo y amor por el mismo esto es posible.
Islandia es un equipo que se defiende bien siendo muy ordenado atrás. Entienden que su capacidad no está en la técnica, sino en su disposición de pelear cada balón durante todo el partido. Son conscientes que el rival es superior y por eso tienen que hacer coberturas con dos o hasta tres hombres en cada jugada.
Al momento de atacar van todos con una velocidad como si estuvieran remando un barco vikingo y con una alegría como si estuvieran en una de sus festividades. Parecieran a veces un tanto inocentes, pero siempre firmes y seguros de que juntos llegarán al puerto planeado.
Es la primer participación de Islandia en una Eurocopa en toda su historia y muchos pensaban que su éxito sería únicamente llegar. Pero no sólo obtuvieron su primer punto en la competición, no sólo obtuvieron su primer victoria, sino que pasaron la fase de grupos invictos y hoy derrotaron a Inglaterra para estar en los cuartos de final.
Además de estar consiguiendo escribir una historia dorada nos han dejado una grandísima lección de vida:
Luchar cada pequeña oportunidad que se tenga, cada «balón dividido», con todas tus fuerzas siendo consciente de tus limitantes pero con tu objetivo bien en claro. No dejando de luchar «hasta que pite el árbitro».
Saber quién eres, a quién o quiénes representas, y a dónde quieres llegar son la calve para alcanzar el éxito y trascender. Es lo que hoy hizo Islandia y merecidamente este pequeño país de guerreros vikingos derrotaron a Inglaterra, la cuna del futbol.
Hoy en día es común que se festeje un triunfo con la afición, pero Islandia llevó este festejo un escalón más arriba.
Al terminar el partido y consumar su victoria fueron a festejar con su gente reconociendo su apoyo incondicional, pero con una conexión única. Regalándonos así una de las mejores postales de esta Eurocopa que sin duda guardaremos en nuestros recuerdos más especiales.
Esos recuerdos que nos ponen la piel de gallina.