2 de Mayo del 2016

Una fecha que no sólo quedará grabada en la historia sino en el recuerdo de cada uno de los aficionados al futbol. Hoy se puso el sello que marca al Leicester City como el mejor EQUIPO de la Premier League.

Yo no voy a decir que soy del «Leicester desde la cuna», porque sería una gran mentira. Me subí un poco tarde al barco; me subí poco antes de que terminara la primera mitad del torneo, cuando ya estaban en los primeros puestos.

En cuanto me enteré de su historia me cautivaron, así como a millones alrededor del mundo. Los comencé a seguir un poco más de cerca, a conocer un poco más de su pasado y del por qué estaban comenzando a construir una hazaña.

Cuando comencé a «investigarlos» me di cuenta de su fórmula simple: equipo + amor propio + respeto al rival. Cuando descubrí su fórmula dije: «No hay manera humana que no marquen la historia».

Desde entonces supe que iban hacer historia. No sabía realmente si iban a ser campeones porque tenía cierta duda de que les alcanzara el «gas». Pero de lo que estaba seguro era de que iban a trascender. ¿Por qué estaba tan seguro? Porque esa fórmula yo ya la viví. Porque esa fórmula no es algo que dure 90 minutos, esa fórmula se convierte en un estilo de vida; y así es imposible no trascender.

La filosofía del Leicester City y de cómo logró ser el MEJOR equipo de la liga más competitiva del mundo, lo resume Ranieri en la frase que le dijo a su equipo antes de iniciar la temporada:

«Quiero que jueguen por sus compañeros. Somos un equipo pequeño, por lo que tenemos que luchar con todo nuestro corazón, con el alma. No me importa el nombre del rival. Solamente quiero que luchen. Si son mejores que nosotros, ok, felicidades. Pero tienen que demostrarnos que son mejores«.

El Leicester City al inicio del torneo era un equipo sin nombres, con un técnico sin éxito que parecía ir de salida en su carrera. Con un plantel con un valor de poco más de 62 M€. Vardy, un jugador que hace unos años su trabajo estaba en una fábrica. Kanté, quien había estado jugando en la segunda división de Francia. Kasper Schmeichel el hijo de una estrella que un día estaba jugando en el Manchester City y al otro estaba «desaparecido». Jugadores sin nombres, jugadores sin peso. ¿Quién iba a creer en ellos? ¡Un técnico sin éxito! ¡Ranieri!

Ranieri creyó en ellos, sabía que no eran grandes nombres lo que necesitaban para salvarse del descenso; lo que necesitaban eran sólo cuatro cosas: carácter para los momentos difíciles, hambre de trascender, disposición para aprender y un grandísimo corazón. ¡Y sus jugadores lo tenían todo! Los hizo creer en sus compañeros, los hizo creer en ellos mismos. Los hizo una familia, los salvó del descenso, los hizo campeones de la Premier League y nos dio una grandísima lección de vida.

Leicester City, un equipo donde el único nombre que importa está en las butacas del King Power Stadium. Un equipo donde todos son importantes pero nadie indispensable, un equipo donde cada quién entiende su rol dentro y fuera de la cancha. Un equipo donde lo que sobra es corazón y no dinero. Un equipo de pequeños hombres que juntos se hicieron invencibles. Leicester City, un equipo, una familia, una historia digna de ser escrita, una historia digna de ser contada, ¡una historia digna de ser vivida!

¡Felicidades Leicester City! Y muchas gracias por mostrarnos el camino hacia los sueños.

Si te subiste muy tarde al barco y crees que ya no eres bienvenido, Ranieri tiene un mensaje para ti: «A ti, te digo: bienvenido al club. Estamos contentos de tenerte. Quiero que ames la manera en la que jugamos fútbol, y quiero que ames a mis jugadores, porque su viaje ha sido increíble«.

El nombre del Leicester City quedó grabado ya en la historia como una de las más grandes hazañas deportivas (si no es que la más grande) y nosotros pudimos vivirla. ¡Gracias Ranieri por tus enseñanza! ¡Gracias Leicester City por tu corazón tan grande!

¡Gracias Leicester City!

Nos vemos en la Champions